Redescubriendo las posibilidades en mí, por Karen Legrand

Soy Karen Legrand, una hija, una madre, una compañera y una terapeuta y quiero compartir muy conmovida y con tanta gratitud y compasión mi experiencia participando en el círculo de Compassionate Inquiry®: Sanar la relación con la comida. 

Toda experiencia que nos mueve y saca de nuestra zona de confort nos causa cierta tensión y hasta miedo. El solo nombrar el título del círculo me hacía sentir muy nerviosa e incómoda. En el fondo, yo sabía que necesitaba nombrar aquello que por muchos años había estado sintiendo. El simple hecho de abrir mi experiencia a otras personas y mostrarme vulnerable me causaba mucho miedo, sobre todo el ser juzgada pero con el pasar del tiempo y conforme nos íbamos conectando con las demás compañeras dentro del círculo, sentí que era el lugar y la comunidad que tanto había estado buscando, y estaba allí, esperándome con los brazos y el corazón abiertos. 

Karen Blog Rec

Photo by Evie S. on Unsplash

Durante las 10 semanas llevé un diario paralelo al proceso. En cada sesión escribía lo que sentía, lo que cada ejercicio había removido y lo que cada una de las compañeras compartía en plenaria y en grupos pequeños. Conecté muchísimo con la vivencia de mis compañeras quienes, estando a cientos de kilómetros de distancia, compartían conmigo el deseo de sanar. 

Fueron tantos momentos de aprendizajes y re-descubrimientos, insights. Varias veces me repetí la frase: “Ajá, ahora entiendo”. Fue hermoso darme tiempo para escucharme y descubrirme. Un aprendizaje vital para mí fue reconocer que lo que siento, lo que creo, mi palabra, mi voz es importante, soy merecedora de ser vista y escuchada y lo que tengo para compartir es valioso. Ese aprendizaje fue clave para poder abrirme a compartir mi experiencia de mi relación con la comida sin miedo a ser juzgada y así abrirme a muchísimas más posibilidades.

Dentro de los principales aspectos del programa que apoyaron mi proceso de sanación sin duda es el diseño del programa. Cada sesión, lecturas y contenidos han sido tan bien pensados y cuidadosos de cada una de las participantes y sus historias, la facilitación amorosa y compasiva de Sanjog fue también vital dentro de estos encuentros. Aprendí varias herramientas que pude poner en práctica en mi diario vivir, así como esos espacios de autorreflexión e indagación compasiva tan necesarios para descubrirme. 

Caminar este proceso acompañada de mujeres que compartimos el mismo deseo de sanar nuestra relación con la comida fue un regalo enorme. Dentro del grupo estábamos todas al mismo nivel. No había jerarquías, nadie estaba allí para juzgar, más bien para acompañar. Fue hermoso tener una comunidad segura.

Este programa es para  quienes están en búsqueda de un espacio y comunidad respetuosa, segura y amorosa. El círculo de Compassionate Inquiry® ha sido un espacio que me ha permitido ser vulnerable y que me ha invitado a cuestionar mis emociones y pensamientos respecto a la comida. Esta experiencia me ha invitado a conectar con todas las posibilidades en mí, me emociona este nuevo capítulo en mi vida. 

Gracias, gracias, gracias.

Karen Legrand

Scroll al inicio