“Una sociedad que no valora la comunalidad — nuestra necesidad de pertenecer, de cuidarnos mutuamente, y de sentir la energía de cuidado — es una sociedad que le da la espalda a lo que significa ser humano.”
~ Gabor Maté
¿Te sientes gatillado? Bienvenido a la experiencia humana.
Cuando se activa un gatillo, dos cosas pueden surgir en nosotros: 1) Algo está mal. 2) Alguien está mal, por ejemplo, ¿quién es el culpable? Si elegimos internalizar la culpa, culpándonos a nosotros mismos por enojarnos, activamos la vergüenza. Es una situación en la que todos pierden.
Cuando vemos a través de la lente de la Comunicación No Violenta, cualquier juicio “negativo” se considera “Una expresión trágica de una necesidad no satisfecha.”
~Marshall Rosenberg
El gatillo es el mecanismo que activa la función del arma. Dispara una bala que reside dentro del arma. Sin embargo, la munición contiene material explosivo, no es el gatillo en sí mismo. Cuando me siento gatillada, confundo la bala con aquello que activa su liberación. Puedo reaccionar como si alguien me ha hecho algo malo, y puedo culpar a esa persona por mi explosión de dolor. Y sin embargo, contengo la bala, es algo que reside en mí. Cualquier situación puede activar un gatillo, pero lo que se estimula en mi interior es totalmente mío.
La solución no es tratar de evitar los gatillos o de verlos como algo malo. De hecho, son indicadores de problemas no resueltos, que tienen su origen en las necesidades no satisfechas. Igual que Compassionate Inquiry, la comunicación no violenta nos invita a investigar cualquier evento estimulante con curiosidad, compasión y responsabilidad.
“Hay espacio entre el estímulo y la respuesta. En ese espacio está el poder de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y libertad.”
~ Viktor Frankl
En el grupo focal de comunicación no violenta de CI en inglés, exploramos formas de reconocer los gatillos como una oportunidad de auto-descubrimiento. Recibimos problemas no metabolizados en los tejidos que se manifiestan; en nuestros cuerpos físicos, emocionales, mentales y energéticos. Entonces podemos practicar formas de expandir el espacio en el estímulo y la respuesta para crear más espacio para la elección.
El primer paso es desacelerar la mente condicionada. Cuando me tomo una pausa, puedo ver más. A menudo me pregunto, “¿Qué es lo que hay en mí?” Puedo notar algunas experiencias somáticas que me son familiares, como la contracción de mi cuerpo, o sentimientos de ira o miedo de mi percepción de que algo no debería estar sucediendo. Me pregunto si algunas memorias antiguas se han reactivado. Me abro a recibir los mensajes corporales como portales hacia mí misma.
El siguiente paso es identificar el sabor de la culpa. ¿Estoy culpando a otros por mi malestar como si yo fuera la víctima? ¿Me estoy culpando a mí misma por hacer algo mal, despertando una creencia medular? Si me dejo llevar por la percepción de haber hecho algo malo, estoy añadiendo a mi carga de culpa.
“Las personas no nos causan enojo. Nos causa enojo nuestra forma de pensar.”
~ Marshall Rosenberg
Una vez que reconozco el viejo patrón que me ha llevado hasta aquí en la vida, puedo elegir entre: ¿esto me está pasando A mí o PARA mí? ¿Esto está revelando algo doloroso que vale la pena explorar? ¿Cómo podría ver esto como un regalo?
En lugar de perpetuar mi culpa y mi falta de agencia, puedo conectar mis sentidos, emociones y pensamientos a las necesidades más profundas que no estoy supliendo. Podría ser una necesidad que no se ha satisfecho por tanto tiempo que el dolor está hablando por ella. Cuando indago más profundo, traigo mi atención a la belleza de esa necesidad en lugar del vacío que puedo ver. Este es el paso más valioso.
Cuando identifico que lo que está vivo en mí desde una conciencia de mis necesidades, siento menos preocupación sobre lo que está haciendo el otro. cuando hay compasión puedo sentir, sanar y liberar lo que “eso” es. Este cambio cualitativo ocurre a nivel celular. Por ende, puedo transformar cualquier obstáculo en una oportunidad de empoderamiento.
La comunicación no violenta es más que una técnica de comunicación. Cuando me comunico claramente desde mi sintonía, siento curiosidad genuina sobre lo que pasa dentro de la otra persona. Ya sea que esté de acuerdo con lo que pasa o no, puedo cultivar más comprensión y empatía con otros seres.
“La capacidad de estar presente y entender y ver a otro ser humano exactamente por quién es, e invitarle incondicionalmente a estar en tu presencia tal y como es…Eso es amor.”
~ Gabor Maté
Para saber hacia dónde queremos ir, primero debemos saber dónde estamos. Con la guía de la comunicación no violenta y los mapas de CI, podemos andar por nuestro paisaje interno y externo con un espíritu de curiosidad.